Cuando se habla del Showrooming y qué es se hace referencia a un concepto que sirve para identificar el comportamiento de un consumidor. Se usa para mencionar a los compradores que antes de adquirir un producto acuden a una tienda física para comprobar cómo es ese artículo en vivo y en directo e incluso poder probarlo. Posteriormente, ese consumidor acude a internet para adquirirlo telemáticamente por un precio mucho más asequible.
Para que se produzca el showrooming se tienen que dar diferentes circunstancias. Una de ellas es que el producto en cuestión debe estar disponible en tiendas físicas y en la red, otra muy importante es que ese producto tenga un precio más o menos alto, ya que ese factor es el que impulsa al cliente a contrastar entre el coste que tiene ese artículo en físico y en la red.
Por otro lado, al ejecutar el showrooming es conveniente que no se tengan claras las características y el rendimiento de ese producto al verlo en internet. Este factor hace que el consumidor tenga que comparar y contrastar en una tienda física. Pero después es necesario que el comprador se vea convencido por el producto cuando lo visualiza en una tienda física, ya que esto le lleva a buscarlo en la red por un precio más económico.
Al hablar de showrooming hay ejemplos que se dan con productos que pueden ser utilizados por particulares y por empresarios. Generalmente, esos artículos suelen ser electrónicos, pero también aparece el mobiliario de un hogar u oficina, los electrodomésticos o la ropa de trabajo.
En ocasiones este comportamiento del consumidor genera malestar en las tiendas físicas ya que se sienten como lugares de exhibición que no reciben una compensación económica al producirse la compra en internet. Esta circunstancia provoca que se genere el concepto de tiendas showroom que seguirán siendo así al no ser que se igualen los precios de los productos en ambos canales o que se reduzcan las diferencias entre ellos.
¿Cómo utilizar el showrooming en marketing?
La puesta en práctica del showrooming es un problema para el pequeño comercio tradicional y en principio solo beneficia a los establecimientos webs. Aun así, los pequeños comerciantes tienen la opción de combatir esta práctica y de aprovechar el showrooming aplicando el marketing.
Lo primero que hay que tener en cuenta es el análisis del consumidor que suele realizar esta práctica. De hecho, este consumidor recibe el nombre de showroomer y normalmente es una persona joven que reside en zonas urbanas, que tiene un poder adquisitivo medio o alto, que utiliza las nuevas tecnologías y que busca información sobre los productos en internet, en redes sociales, en webs especializadas y en foros.
En cuanto a las acciones que se pueden realizar se centran en aprovechar el contacto directo con el consumidor mencionándole ciertos aspectos positivos. Entre ellos aparece el no tener que pagar envío, el ofrecer un proceso de devolución rápido y sencillo o el aplicar descuentos y promociones. También es importante dar un valor añadido que no aparezca en los canales online y dar la opción de llegar a contenidos exclusivos que no estén disponibles en internet.