Es frecuente que en el mundo empresarial se finalicen las relaciones entre las empresas y sus empleados. Cuando esto sucede el trabajador atraviesa un proceso que le afecta a nivel laboral, pero que también repercute en su faceta personal y emocional. En este contexto aparece el servicio de outplacement que está diseñado para ayudar a las personas que han sido despedidas de su puesto de trabajo.

El procedimiento del outplacement es realizado por empresas especializadas que asisten a las personas que han sido despedidas. Todo se basa en un proceso metodológico destinado a que el trabajador analice su situación, busque un objetivo y pueda reincorporarse al mercado laboral trabajando por cuenta propia o por cuenta ajena. Se busca que la persona esté en condiciones de acceder a nuevas oportunidades.

En este sentido hay que tener en cuenta que el término outplacement tiene el significado reubicación. Este significado va acorde con las metas que se buscan alcanzar con este proceso. La finalidad es apoyar a la persona para que transite a una nueva oportunidad de la mejor manera posible. Además, el trabajador recibe herramientas e información que le permiten cambiar su situación.

Otro aspecto relacionado con el outplacement es que se ayuda al trabajador analizando sus preferencias y sus fortalezas labores. También se le ofrece acompañamiento psicológico. Todo este proceso llega a su fin cuando ese trabajador alcanza un nuevo puesto acorde a su formación y experiencia. Todo esto se lleva a cabo ejecutando 6 fases que están muy marcadas.

  • Evaluación de las necesidades del trabajador
  • Orientación laboral y profesional
  • Apoyo psicológico
  • Revisión de estrategias
  • Planificación de los objetivos
  • Seguimiento y revisión del proceso

¿Cómo se aplica el outplacement en empresas?

A pesar de que al preguntar qué es el outplacement aparecen ejemplos que se centran en el trabajador, la puesta en marcha de este proceso también aporta diferentes beneficios a las empresas.

El outplacement se aplica en las empresas a través de un proceso que se incorpora a sus políticas. Todo se basa en ejecutar el despido de una forma en la que las emociones de la persona no quedan dañadas y bajo la cual la empresa obtiene una buena imagen corporativa. Tampoco pasa desapercibido el hecho de que la compañía alcanza una mejora de su responsabilidad social.

Esta práctica también repercute positivamente en el ambiente laboral que se vive dentro de la propia empresa. Otra ventaja que obtienen las compañías es que al ejecutar un despido de forma adecuada se reducen los riesgos de enfrentarse a procesos judiciales que puedan perjudicarles. Finalmente, aparece un último aspecto positivo y es que el resto de la plantilla siente un aumento de su sentimiento de pertenencia y mantiene su autoestima y motivación.