El término ERTE se corresponde a las siglas de Expediente de Regulación Temporal de Empleo. Esta medida se aplica cuando una empresa atraviesa una situación que le genera dificultades en ámbitos como la organización, la producción o cuando su economía se resiente y no tiene capacidad para cumplir con los acuerdos de pago que figuran en los contratos de sus empleados.
Las empresas también recurren a este tipo de expedientes en situaciones excepcionales externas como la puesta en marcha de un estado de alarma. Este contexto puede provocar que la entidad no realice su actividad con normalidad, y como consecuencia, su situación financiera se vea agravada y no pueda cumplir con sus trabajadores.
Tipos de ERTE
Existen dos modalidades de ERTE. En una de ellas la entidad pone en marcha esta medida porque su actividad laboral se reduce entre un 10% y un 70%. El otro tipo son los ERTE de fuerza mayor en los que la compañía comunica la suspensión de su actividad, pero para poder hacerlo tiene que haber un decreto del gobierno estatal o regional. En este último caso se recurre al ERTE por el impedimento que tiene la compañía para realizar su labor profesional.
El ejemplo más reciente es el de la pandemia del Coronavirus que provocó la puesta en marcha de estos expedientes en un gran número de empresas, especialmente en aquellas que pertenecen a sectores como el turismo o la hostelería y que tuvieron que recurrir al ERTE por la limitación total de su actividad.
Tras el confinamiento que se decretó entre el 14 de marzo y el 2 de mayo de 2020 en España a causa de la Covid – 19, comenzó la desescalada. Durante este periodo se establecieron una serie de fases en las que las medidas se iban relajando con el objetivo de volver a la normalidad. Este contexto dio lugar a la creación del ERTE parcial al que podían acogerse las compañías que regresaban de forma progresiva a su actividad.
Este tipo de expediente se aplicaba cuando los trabajadores volvían a sus puestos, pero con una reducción de jornada. En el ERTE parcial las empresas se beneficiaban de una disminución de las cuotas a la Seguridad Social que variaba en función de su tamaño. Esta medida fue recogida en el Real Decreto-ley 18/2020, de 12 de mayo y permitía a las compañías pasar del ERTE de fuerza mayor al parcial.
¿Cuánto dura un ERTE?
El ERTE es una medida temporal, con lo cual no hay ninguna normativa que indique cuál es su duración máxima o mínima. Su periodo de vigencia se negocia entre la entidad y sus trabajadores.
Se pueden poner en marcha por la publicación de un estado de alarma en el BOE y en este caso la duración de la medida depende del tiempo en el que se haya establecido esa situación excepcional y sus prórrogas en caso de que las haya.
¿Cuál es la diferencia entre ERTE y ERE?
El factor de la duración es el que establece la diferencia entre ERTE y ERE, dos medidas que en ocasiones se confunden entre ellas. ERE significa Expediente de Regulación de Empleo y su duración es definitiva, mientras que los ERTE se aplican en momentos excepcionales.
¿Cuánto se cobra en un ERTE?
Cuando una compañía aplica un Expediente de Regulación Temporal de Empleo los trabajadores son los más afectados y se plantean cuánto, cómo y cuándo se cobra el ERTE. Las prestaciones de los ERTE llegan a los trabajadores entre los días 10 y 15 de cada mes y se cobran siempre a mes vencido.
Cuando se aplica este expediente el trabajador cobra el 70% de su sueldo bruto, salvo en el ERTE parcial en el que se produce una excepción. En este caso el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) paga el 70% del sueldo bruto de las horas de trabajo que el empleado no realiza por la aplicación de este expediente y la empresa le abona las horas en las que ejerce su actividad profesional.