Dentro de los trámites por los que puede pasar nuestro negocio, uno de los menos deseados pero que más sorpresa suele provocar, es una inspección de Hacienda. Estas actuaciones tienen como objetivo la detección de irregularidades fiscales en las actividades de las empresas.
En este sentido, el colectivo de autónomos es uno de los más vigilados por el Ministerio de Hacienda. Eso suele ser así porque una parte del grupo ni siquiera tiene que llevar su cuenta de ingresos. Además, dentro de estas categorías económicas, es más probable que ocurran situaciones de economía sumergida.
Por estas razones, Hacienda ha estado centrada durante mucho tiempo en el comercio de autoempleo. Las inspecciones de Hacienda suelen ser vistas con temor por las empresas. Los inspectores pueden visitar una empresa por varias razones. Es más probable que lo hagan durante y después de su campaña de declaración de la Renta y una vez concluida, ya que tendrán más datos sobre el negocio.
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¿Por qué se realizan las inspecciones de Hacienda?
Hacienda no justifica sus inspecciones, ya que estas pueden darse en torno a un sistema de aleatoriedad o la detección de diversas irregulares que necesitan ser aclaradas con la Agencia Tributaria.
No obstante, más allá de que nos haya tocado “en suerte” una inspección de Hacienda, hay diversos motivos por lo que el fisco puede ponerse en modo de alerta y poner su mira en nuestro negocio. Algunas de las principales son:
- Solicitar grandes devoluciones del IVA.
- Que existan discrepancias entre tus declaraciones trimestrales y anuales.
- Darse de alta como operador intracomunitario.
- Tener gran cantidad de gastos deducibles.
- Producirse una brecha temporal entre tus declaraciones y las de tus clientes o proveedores.
- Haber recibido algún tipo de subvención.
- Dejar una sociedad inactiva sin darla de baja.
No hace falta decir que prácticas como la omisión de facturas o la instalación de software de doble uso, activan las alarmas de Hacienda y aumentan las posibilidades de una inspección. Es importante saber que durante la inspección, podemos contar con un abogado o asesor fiscal, y si no están disponibles en ese momento, tendremos la opción de solicitar un aplazamiento.
También hay que tener presente que este trámite solo se puede realizar si el responsable de la empresa o un representante autorizado están presentes. La única excepción válida es si existe una orden judicial, en cuyo caso la inspección se puede realizar con o sin la presencia del responsable de la empresa.
También es importante saber que si nuestro negocio se desarrolla en el domicilio habitual, también será necesaria falta la orden de un juez para proceder a la inspección. En caso contrario, podremos negarnos a dejar entrar a cualquier representante del fisco, pues iría contra la inviolabilidad del domicilio contemplada en la Constitución Española.
¿Cómo actuar ante la inspección de Hacienda?
En el caso de recibir la temida visita de Hacienda, lo más importante es tener en cuenta algunas pautas que nos pueden beneficiar durante el proceso. Al recibir el aviso por adelantado, salvo en casos excepcionales en los que se requiere una presencia sorpresiva y mediante la citada orden judicial, podremos ponernos al día para que el proceso sea realizado de la mejor manera posible:
- Leer atentamente las instrucciones del aviso, ya que en algunos casos existen requisitos específicos que tendremos que conocer.
- Realizar una evaluación de la situación fiscal para descubrir deficiencias o factores de riesgo que podrían ponernos en problemas con Hacienda. Un servicio de asesoría fiscal puede ayudarnos y, si existe algún problema menor, habrá tiempo para solucionarlo.
- Organizar todos los documentos sobre transacciones realizadas en su período anterior. También debemos tener la contabilidad, libros de facturación y todo lo relativo a las actividades financieras.
- Cooperación y presencia durante todo el proceso de inspección. Si hay empleados, conviene informarlos sobre la importancia de mostrar colaboración y compromiso con la verdad. Es más probable que los inspectores los cuestionen y cualquier discrepancia puede tener un impacto negativo.
- Cuando termine la inspección, es importante revisar cuidadosamente el acta o sobre la inspección que debemos firmar y asegurarnos de que refleje la realidad del negocio. Si no fuese así, podríamos negarnos a firmar el documento.
Por tanto, si hemos recibido de inspección del fisco, no debemos asustarnos pero sí estar preparados. Después de todo, este es un procedimiento delicado que puede llevar meses y requiere atención y esfuerzo. Sin embargo, con el control fiscal adecuado y el asesoramiento adecuado, podremos demostrar que nuestro negocio funciona de acuerdo con la ley.
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