El branding es básico a la hora de mejorar la reputación de un negocio. Y aunque se tiende a confundir branding personal y branding de empresa, o a usarlos indistintamente, no son lo mismo. Entender qué diferencias hay entre branding personal y branding de negocio te ayudará a saber cómo posicionarte, cómo comunicarte y cómo lograr que te recuerden. En este post analizamos en qué consisten estos conceptos.
Qué es el branding personal
El branding personal es la construcción estratégica de tu imagen como profesional: es cómo te presentas al mundo, qué historia cuentas y cómo quieres que te perciban. También se lo conoce como personal branding o marca personal y no es una moda pasajera de LinkedIn. Es un activo que, si lo trabajas bien, te acompaña durante toda tu carrera, independientemente de los proyectos o empresas en las que participes.

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Un error habitual es pensar que el branding se reduce a un logotipo bonito o a unos colores corporativos bien elegidos. La realidad es que eso es solo la punta del iceberg. El branding es la percepción que los demás tienen de ti o de tu empresa y en un mercado saturado esa percepción lo es todo.
Pongamos un ejemplo: una arquitecta freelance que quiere atraer a clientes que valoren el diseño sostenible. Su estrategia de branding personal no pasa solo por incluir en su biografía que le gusta la arquitectura ecológica, sino que incluye el estilo visual de sus presentaciones, los materiales empleados y el tono con el que responde a un correo. De esta manera, todo está alineado con esos valores de sostenibilidad. Incluso si cambia de ciudad o decide asociarse con otros arquitectos, su marca personal seguirá transmitiendo lo mismo.
En resumen, el branding personal se trata de mostrar quién eres, qué valores representas, lo que ofreces y qué te hace diferente, de manera coherente y constante. También son las razones por las que un cliente debe confiar en ti y la respuesta debe verse y sentirse en todos tus puntos de contacto con el público: tu web, tus redes sociales, tus charlas, incluso tu forma de vestir o de expresarte.
Qué es el branding de negocio
Mientras que el branding personal gira en torno a una persona, el branding de empresa (o de negocio) se centra en la identidad de una organización. Aquí es la empresa la que tiene sus propios valores, misión y personalidad.

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Este concepto también es conocido como branding identity e incluye elementos como el logotipo, la tipografía, los colores, el tono de comunicación y, sobre todo, la propuesta de valor que ofreces al mercado. La gran diferencia respecto al personal branding es que aquí no hay una cara humana que lo represente siempre (aunque pueda tenerla en algunos casos).
Si piensas en una marca al azar, te darás cuenta de que hay compañías que han logrado no depender de que se conozca al fundador para generar confianza. Lo que construye su identidad es la experiencia que ofrecen, sus campañas publicitarias, su forma de comunicar y cómo cumplen lo que prometen.
En el branding de empresa la consistencia es igual de importante que en el personal, pero aquí entra en juego un equipo. Es decir, todo el personal debe transmitir esta cultura organizacional, desde el staff que atiende hasta el community manager que publica en redes sociales.
Un negocio sin una identidad de marca clara es como un restaurante sin carta: el cliente no sabe qué esperar, y si lo que recibe no le convence, difícilmente volverá. Por eso el branding de negocio no se improvisa, sino que se diseña con un objetivo claro y se mantiene en el tiempo, adaptándose cuando el mercado cambia pero sin perder su esencia.
Desde MASMOVIL NEGOCIOS esperamos haberte ayudado a comprender las diferencias entre branding personal y branding de negocio, conceptos básicos para empresas de cualquier tipo.