En el entorno empresarial, es común que los activos experimenten una reducción gradual en su valor con el tiempo y el uso, lo que puede tener un impacto significativo en la salud financiera de una empresa.
Eso significa que con el transcurso del tiempo, se vuelve esencial llevar a cabo un proceso de amortización de la inversión realizada al adquirir estos activos. En otras palabras, se busca recuperar una porción del valor invertido en el momento de la adquisición.
Desde una perspectiva contable, la amortización tiene como objetivo registrar de manera precisa la depreciación de estos activos y, al mismo tiempo, recuperar parcial o totalmente su valor a lo largo de su vida útil. Sin embargo, es importante destacar que la amortización es solo el primer paso en este proceso. Hoy queremos echar un vistazo a todo lo que atañe a la amortización contable.
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¿Qué es la amortización contable?
La amortización contable es un término esencial en el ámbito financiero y contable de cualquier empresa. Hace referencia al proceso de distribuir el costo de un activo tangible o intangible a lo largo de su vida útil. Este concepto es fundamental para mantener un registro preciso de los activos de una empresa y para calcular correctamente sus ganancias y pérdidas.
Hay que tener en cuenta que los activos que pueden ser amortizados incluyen edificios, maquinaria, vehículos, patentes, marcas comerciales y otros recursos intangibles. Esta práctica se basa en la idea de que los activos tienen una vida útil limitada, y su valor disminuye con el tiempo debido al uso, el desgaste y la obsolescencia.
¿Cómo podemos calcular la amortización contable?
El cálculo de la amortización contable se basa en dos componentes clave: el costo del activo y su vida útil estimada. El proceso generalmente sigue el método de línea recta, que implica dividir el costo total del activo por el número de años estimados de vida útil.
La fórmula es la siguiente:
Imagina que tu empresa adquiere maquinaria por 50 000 € con una vida útil estimada de 5 años: la amortización anual sería de 10 000 € (50 000 € / 5 años).
Tipos de amortización contable
No hay un único enfoque para llevar a cabo la amortización de un activo. Existen diversas fórmulas que las empresas pueden emplear en su contabilidad. Estas son las más comunes:
- Línea recta: es el método más común. Distribuye el costo de un activo de manera uniforme durante su vida útil.
- Método de saldo decreciente: la amortización es más alta en los primeros años de vida del activo y disminuye gradualmente con el tiempo. Este método refleja el desgaste natural de muchos activos.
- Amortización de suma de dígitos: es una variante del método de saldo decreciente, donde la amortización se calcula sumando los dígitos de la vida útil estimada. Proporciona una deducción de amortización más significativa en los primeros años.
- Amortización degresiva: se calcula en función del uso del activo o de su producción, en lugar del tiempo. Esto es común en activos como vehículos comerciales.
- Amortización de activos intangibles: los activos intangibles, como patentes o marcas comerciales, también pueden amortizarse. La vida útil estimada se basa en su duración legal o su valor esperado.
- Amortización acumulada: la amortización acumulada es una cuenta que registra la cantidad total de amortización realizada en un activo a lo largo del tiempo.
Desde MÁSMÓVIL esperamos haberte ayudado una vez más. Como verás, es importante conocer en profundidad todo lo relativo a la amortización contable de tu negocio. El registro de los activos según su vida útil es vital para controlar los gastos.