En una startup, el equipo es uno de los elementos más importantes. Pero el dinero también y si no sabes administrarlo, tu idea no llegará a buen puerto. No es una exageración: 7 de cada 10 startups fracasan por quedarse sin capital antes de lograr ingresos suficientes. ¿Por qué pasa esto? Y sobre todo, ¿cómo evitarlo? Te contamos las razones por las que conviene manejar al detalle la gestión financiera de tu startup.

7 de cada 10 startups fracasan por una ineficiente gestión financiera

Una creencia bastante común entre quienes se lanzan a emprender es pensar que si la idea es buena, todo lo demás llegará. Pero el mercado es mucho más complejo que eso. Puedes tener una solución brillante, incluso una tecnología puntera, y aun así cerrar por no haber alcanzado el punto de equilibrio a tiempo.

negocio estable

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Una de las razones principales por las que tantas startups mueren jóvenes es porque subestiman cuánto tiempo y dinero les va a costar empezar a facturar de forma recurrente. El ciclo de ventas suele ser más largo de lo previsto, los costes fijos se acumulan, y si no hay colchón ni un plan financiero realista, el desenlace suele ser el mismo: cierre.

Muchísimas startups en España no pasan de la fase preseed o seed. Viven en un bucle de rondas pequeñas de financiación que apenas les dan oxígeno para unos meses. Con cada nuevo ingreso de capital, el foco vuelve a estar en el desarrollo del producto, en la contratación de equipo o en el marketing, pero se descuida lo fundamental: el camino hacia la rentabilidad.

Eso explica por qué, según varios estudios recientes, el 69 % de las startups españolas que fracasan lo hacen por haberse quedado sin capital antes de generar ingresos relevantes.

Por eso, si estás levantando una startup o piensas en hacerlo, una de tus prioridades absolutas debe ser evitar esa trampa de vivir solo del inversor de turno.

¿Cómo evitar que tu startup muera por falta de financiación?

cuadrante del flujo del dinero

Hay una serie de errores que se repiten con frecuencia y que puedes evitar desde el primer día.

Control financiero desde el minuto uno

Tener un control férreo sobre las finanzas es lo que separa a las startups que sobreviven de las que no. No se trata solo de hacer un Excel con los gastos, sino de tener muy claro cuánto puedes gastar al mes, cuánto necesitas facturar y cuánto tiempo puedes sobrevivir con lo que tienes en caja.

Y esto implica tomar decisiones difíciles, como valorar si realmente necesitas una oficina tan grande, evitar contrataciones que no sean prioritarias o validar lo suficiente un modelo antes de escalar.

No escales antes de tiempo

Es uno de los fallos más habituales al arrancar una startup. Hablamos de lanzar una campaña agresiva de marketing, contratar un equipo grande o intentar entrar en nuevos mercados sin tener validado el modelo de negocio. Cuesta mucho dinero, y puede vaciarte la caja antes de que lleguen los primeros ingresos estables.

Primero valida. Asegúrate de que la gente esté interesada en tu producto, esté dispuesta a pagar por él y que no dude en recomendarlo. Solo entonces piensa en escalar.

Cuidado con las rondas como único salvavidas

Conseguir financiación externa está bien, pero no puede ser la única estrategia. Muchos fundadores acaban atrapados en una carrera constante de rondas que les obliga a dedicar más tiempo a intentar encontrar financiación que a vender el producto o servicio.

Si no consigues ingresos reales en algún momento, cada ronda será más difícil que la anterior. A veces es mejor facturar poco pero estable que levantar millones sin saber aún cómo vas a monetizar.

Rodéate de quien sepa más que tú

La experiencia previa importa, y mucho. Según varios informes, las startups fundadas por emprendedores con experiencia tienen hasta cuatro veces más probabilidades de éxito.

Si es tu primer proyecto, eso no te condena. Lo que sí es clave es rodearte de gente que ya haya pasado por ahí: asesores, mentores, incluso otros emprendedores.

No esperes a que sea tarde

La mayoría de emprendedores se dan cuenta de que están en problemas financieros cuando ya no hay vuelta atrás. Y entonces llega el cierre, con todo lo que implica: despedir equipo, gestionar deudas, asumir el fracaso.

Por eso es tan importante tener métricas claras, revisar el burn rate y, sobre todo, trabajar desde el primer día pensando en cómo vas a ganar dinero. Márcate objetivos para los próximos 3, 6 o 9 meses. Y si no lo ves claro, quizá sea el momento de revisar el modelo antes de que sea demasiado tarde.

Desde MASMOVIL NEGOCIOS esperamos haberte ayudado a la hora de comprender las razones por las que 7 de cada 10 startups fracasan y sepas cómo dirigir tu empresa.

Y tú, ¿estás arrancando una startup?