Tomar decisiones racionales es imprescindible en cualquier negocio y contamos con todo tipo de herramientas para que las decisiones sean razonadas y con fundamento. Pero no siempre lo hacemos y de hecho es habitual quedarse atrapado en una decisión pasada que puede condicionar lo que haces hoy. Y este problema tiene un nombre: falacia del coste hundido.

Este sesgo mental afecta a muchísimos emprendedores y responsables de negocio y puede costarte miles de euros, años de esfuerzo mal invertidos y alejarte del objetivo al quieres llevar tu empresa. Veamos qué es y por qué debes evitarlo en tu negocio.

¿Qué es la falacia del coste hundido?

La falacia del coste hundido es un sesgo cognitivo que te empuja a seguir invirtiendo tiempo, dinero o recursos en algo solo porque ya has invertido mucho antes. En lugar de valorar si seguir merece la pena a partir de ahora, tu mente te empuja a continuar solo para no "perder" lo que ya has gastado.

costes de un negocio

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El problema es que ese coste ya no se puede recuperar: es algo que ya has pagado, ya sea en euros, horas de trabajo… Y que no deberías tener en cuenta al decidir si sigues adelante o no. Pero lo haces, y ahí está la trampa. No dejes de leer sobre la teoría del caballo muerto, ya que está muy relacionada con la falacia del coste hundido: es otro sesgo cognitivo que te puede perjudicar mucho.

Ejemplos de falacia del coste hundido en negocios

Te vamos a dejar algunos ejemplos de falacia del coste hundido que pueden estar ocurriendo en tu empresa sin que te des cuenta.

emprender sin dinero

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Supongamos que tienes una empresa y has invertido 20000 € en el desarrollo de una app que no termina de funcionar. No engancha a los usuarios, no resuelve un problema real y el retorno es mínimo. Pero como ya te has gastado ese dinero y has invertido seis meses, decides seguir invirtiendo dinero y horas con la esperanza de que acabe funcionando: no quieres aceptar que fue un error. Pero cada euro nuevo que inviertes no está basado en la lógica del negocio, sino en el miedo a asumir una pérdida. Sin embargo, no vas a conseguir mejorar la app lo suficiente para que tenga éxito, cuando lo mejor sería abandonarla y olvidarte de ese dinero perdido.

Otro ejemplo de falacia del coste hundido: sigues pagando un software carísimo porque te costó mucho implementarlo. Formaste al equipo de trabajo, cambiaste procesos, invertiste en integraciones… Pero ahora hay opciones más baratas, más eficientes y más ágiles. Aun así, te niegas a cambiar porque ya has hecho todo este camino y no quieres perder el tiempo y dinero invertido.

Incluso la falacia del coste hundido se aplica al personal: estás manteniendo en plantilla a un trabajador que no tiene un buen desempeño porque invertiste mucho en su formación, o porque lleva muchos años en tu empresa.

Desde MASMOVIL NEGOCIOS esperamos haberte ayudado a entender qué es la falacia del coste hundido o sesgo del coste hundido con ejemplos reales para que entiendas este sesgo y lo evites a toda costa en tu negocio.

Y tú, ¿conocías este sesgo?