La contabilidad es un pilar fundamental de la empresa. Necesitamos estar al día sobre su salud financiera, y solo los números arrojan datos y hechos objetivos. Por ese motivo, es esencial llevar un control férreo sobre aspectos relacionados con las ventas, los gastos y en consecuencia, cuánto contribuye un producto determinado a cubrir los gastos fijos del negocio; de ahí el nombre de margen de contribución.
Este concepto es uno de los más utilizados en las empresas; es algo que no puedes pasar por alto ya que ofrece una perspectiva real de cómo marcha nuestro negocio. Vamos a ver en qué consiste y cómo proceder para poder calcularlo.
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¿Qué es el margen de contribución?
Este indicador se define como la capacidad de una empresa para cubrir sus costos variables con ingresos. En otras palabras, es el ingreso menos los costos variables totales derivados del producto. Este margen de beneficio se utilizará para cubrir los costes fijos totales. Lógicamente, el importe restante (si lo hubiera) será el beneficio que la empresa obtenga de estas ventas.
La tasa de contribución para un solo producto o grupo de productos o para todo el volumen de ventas es determinada por la empresa. Por lo tanto, para que una empresa obtenga ganancias, estas deben ser mayores que sus costos fijos. Estamos por tanto ante los beneficios de cualquier empresa, teniendo en cuenta solo esos costes variables y no los fijos como puedan ser los salarios o el coste del alquiler del local donde desempeñamos nuestra labor.
Calcular el margen de contribución
Antes de calcular el coste de contribución, se deben tener en cuenta varios aspectos dentro de este análisis:
- Costes fijos: son nuestros costes invariables independientemente del volumen de la producción o ventas del servicio o producto. Por ejemplo, los impuestos.
- Costes variables: Estos costes cambian a medida que cambia el volumen de producción. Así, si no hay producción, no hay costes variables. Sin embargo, a medida que aumenta la producción, también aumentan los costes variables; por ejemplo, las materias primas.
- Utilidad: hablamos del porcentaje marcado como objetivo por el empresario en concepto de beneficios. Se tiene en cuenta los costes variables y fijos. Si quieres obtener un beneficio del 30% sobre la venta del producto o servicio y su coste es de 2000 euros, debes vender el producto a un precio de 2600 euros.
Para calcularlo, debemos restar al precio de venta unitario el coste variable unitario:
Margen de contribución = precio de venta unitario – coste variable unitario
El resultado obtenido
Si este resultado arroja números positivos, se absorbe el coste fijo y se genera un margen de contribución de mayor ganancia. Cuando el resultado es el mismo no se gana nada mientras que si el resultado es negativo o inferior al valor de los costes fijos, los beneficios no estarán cubriendo los costes fijos.
Cuando una empresa se enfrenta a un margen de contribución bajo, puede compensarlo aumentando la tasa de rotación. Hay que tener en cuenta que el menor margen multiplicado por un alto número de producción vendida puede ser más rentable que un producto que tenga un mayor margen de contribución, pero con una menor rotación.
El objetivo suele pasar por buscar la forma de reducir los costes fijos, para que este margen tenga que cubrir un menor valor y lograr una ganancia mayor. Esta estrategia puede tener sus contras, ya que en ocasiones reducir el coste fijo puede incrementar el variable, lo que conllevaría un menor margen de contribución.
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