En los negocios, no todo resultado negativo proviene de malas intenciones. A veces, decisiones bien intencionadas pueden generar efectos opuestos a los deseados. Estos desenlaces inesperados revelan lo complejo que es anticipar el comportamiento humano. Un ejemplo de ello es el conocido y curioso efecto cobra. Descubre en este post qué es y cómo evitarlo.
¿Qué es el efecto cobra?
En la vida y en el mundo de los negocios, no todo lo que parece una buena idea lo es. A veces, las soluciones bien intencionadas generan el efecto contrario al buscado: en eso consiste el efecto cobra.

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¿Y por qué se llama así? El nombre proviene de una historia real ocurrida en la India colonial. El gobierno británico, preocupado por la gran cantidad de cobras en Delhi, ofreció recompensas por cada cobra muerta.
Al principio, la medida pareció funcionar. Se entregaban muchas cobras y la población de serpientes disminuía. Pero pronto empezaron los problemas. Algunos ciudadanos comenzaron a criar cobras en casa con el objetivo de matarlas y cobrar la recompensa. Cuando el gobierno se dio cuenta y canceló el programa, esas cobras fueron liberadas. Resultado: había más cobras que al principio.
En pocas palabras, este fenómeno consiste en que una solución empeora el problema que pretende resolver.
Ejemplos de efecto cobra
Uno de los ejemplos más conocidos en el mundo empresarial tiene que ver con los sistemas de incentivos mal diseñados: una empresa que paga comisiones a sus comerciales por cada nuevo cliente conseguido, pero no tiene en cuenta la calidad o la rentabilidad de ese cliente.

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Al principio las ventas suben pero con el tiempo la empresa se da cuenta de que muchos de esos nuevos clientes no son rentables, generan incidencias o abandonan al poco tiempo. La empresa está gastando más en comisiones de lo que gana con esos clientes.
Otro caso típico de efecto cobra en los negocios es el de las políticas de reducción de costes que terminan dañando la productividad. Por ejemplo, una empresa decide reducir personal para ahorrar en salarios, pensando que así mejorará su rentabilidad, pero lo hace sin analizar qué funciones son esenciales. Resultado: los empleados que quedan están sobrecargados, baja la calidad del producto o servicio y los clientes empiezan a irse. Al final, la empresa pierde más de lo que ahorró.
El efecto cobra se puede aplicar a muchas situaciones. Por ejemplo, hay negocios que quieren mejorar su posicionamiento online y contratan servicios baratos de linkbuilding o de reseñas falsas para "engañar" al algoritmo. Durante un tiempo parece que funciona, pero cuando Google actualiza su algoritmo y penaliza a quienes usan esas tácticas, el negocio desaparece de los resultados. En resumen, el intento de mejorar la visibilidad acaba hundiendo la marca.
Desde MASMOVIL NEGOCIOS esperamos haberte ayudado a comprender qué es el efecto cobra para tratar de evitarlo a toda costa en tu negocio .