Cuando inicias un proyecto, es inevitable compararse con otros: esa marca que parece crecer sin parar, ese emprendedor que presume de clientes, esa startup que levanta rondas de inversión millonarias. Pero sin duda, este es uno de los mayores errores al emprender.
La razón es que compararse puede ser una fuente de motivación pero, al mismo tiempo, también de frustración. El problema llega cuando la comparación deja de ser un estímulo y se convierte en una obsesión. Y ahí aparece uno de los errores más comunes al emprender: medir tu propio camino con la regla de tus rivales.
Compararte con tus rivales: uno de los mayores errores al emprender
La comparación excesiva te roba energía y también distorsiona la visión que tienes de tu propio negocio. Cuando tu foco está más en el éxito ajeno que en tus propios avances, vas a acabar sintiéndote paralizado o equivocándote por tomar decisiones precipitadas. Y algo que no te puedes permitir al empezar un negocio es perder claridad.

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Cada proyecto tiene su propio ritmo y sus propias circunstancias. Lo que ves en la competencia es solo la punta del iceberg: una fachada rara vez muestra los tropiezos, las dudas o las deudas que hay detrás. Compararte con esa versión filtrada y edulcorada es injusto, ya que te estás engañando.
Muchos de los errores de emprendedores más habituales nacen de esa comparación constante. Primero, porque pierdes de vista a tu cliente. Si te centras demasiado en lo que hacen otros, terminas copiando estrategias que no encajan con tu mercado o que simplemente no responden a lo que tus clientes realmente necesitan.
El segundo error es forzar un ritmo que no es el tuyo: gastar más de la cuenta en publicidad porque tu competencia parece invertir sin límites, lanzar productos a toda prisa porque otros ya han sacado los suyos, o incluso contratar equipo antes de estar preparado, solo por miedo a quedarte atrás.
Lo irónico es que, en la mayoría de los casos, esa comparación nace de percepciones y no de datos reales. Puede que la empresa con la que te obsesionas esté en números rojos, aunque desde fuera todo parezca brillante. También es muy probable que ese emprendedor que admiras lleve diez años de experiencia y tú apenas estés arrancando. Son contextos totalmente distintos, pero cuando te comparas lo olvidas.
La trampa de las redes sociales en el emprendimiento
Además, las redes sociales amplifican este problema. Ahí todo es inmediato, visual y aparentemente perfecto. Si eres emprendedor novel, es fácil caer en la trampa de pensar que vas tarde, que no avanzas lo suficiente o que lo tuyo nunca será tan "grande" como lo de los demás.

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Pero hay que recordarlo: las redes son un escaparate, y ni mucho menos una radiografía completa de un negocio. Nadie enseña sus errores al emprender: el día en que un cliente cancela un contrato, cuando la caja no llega para pagar proveedores o cuando un producto fracasa. Todo eso existe, como en cualquier negocio, pero no se muestra.
El problema es que estas comparativas provocan, por ejemplo, que se desvíen recursos hacia estrategias que no forman parte del plan inicial. Un ejemplo típico: ves que tu rival lanza una campaña de influencers y tú decides hacer lo mismo, aunque tu negocio aún no tenga presupuesto ni madurez para ello. Al final acabas gastando sin recibir retorno.
Otro punto importante es la desmotivación, causada porque lo que ayer era un logro hoy te parece insignificante al medirlo con una vara ajena. Eso erosiona la confianza y puede hacerte abandonar antes de tiempo, al creer que no estás a la altura.
Desde MASMOVIL NEGOCIOS esperamos haberte ayudado a la hora de comprender por qué fijarte en tu competencia es uno de los mayores errores al emprender y por qué es conveniente tenerla en cuenta únicamente como referencia puntual.