Todo emprendedor, tarde o temprano, se encuentra en alguna situación en la que las cosas no avanzan como se esperaba. Las ventas no despegan, el mercado no responde como se imaginaba, el equipo empieza a dudar, o simplemente la energía con la que arrancaste empieza a fallar. Y ahí aparece la gran pregunta: ¿debo seguir insistiendo o ha llegado el momento de cambiar de rumbo? Pivotar o perseverar, aquí está la clave.
Sin duda, una de las decisiones más importantes que tomarás como emprendedor. De ella puede depender si tu proyecto sobrevive o se queda por el camino. Y aquí no puede entrar la fe o tener una corazonada, lo mejor es ver todo desde un prisma de objetividad, con sinceridad y la mente fría, por mucho que te duela abandonar un proyecto en el que has invertido tiempo y dinero.
¿Qué significa pivotar en una empresa?
Pivotar no es tirar la toalla. Pivotar en un negocio es reconocer que algo en tu propuesta no está funcionando como debería y decidir cambiarlo. Puede ser tu producto, tu modelo de negocio, tu público objetivo o incluso tu canal de venta.

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Y si tomas esta decisión, la razón es muy simple: tienes que acercarte más a lo que realmente quiere o necesita el mercado. Así que, por mucho cariño que le tengas a una idea o negocio, quizás hay que cambiar de modelo para mantener la competitividad.
Un ejemplo clásico de empresa que sabe pivotar es Instagram. La popular red social de fotografía nació como Burbn, una app para hacer check-ins, subir fotos y ganar puntos en función de lo que hacías. Esta especie de Foursquare no funcionaba, pero se dieron cuenta de que la gente usaba sobre todo la parte de compartir fotos con filtros. Así que decidieron eliminar todo lo demás y centrarse solo en eso: pivotaron, y el resto es historia.
¿Qué significa perseverar en un negocio?
Perseverar, por otro lado, es mantener la dirección. Seguir apostando por tu visión inicial, incluso cuando los resultados aún no acompañan. Es confiar en que tu producto tiene sentido, que tu modelo puede funcionar, pero que necesitas más tiempo, más ajustes o simplemente más recorrido para que sea rentable.
Evidentemente, no es fácil distinguir si lo que tienes entre manos necesita tiempo o necesita un giro. A veces estás a punto de lograr el cambio que esperabas y abandonas justo antes porque ya no puedes seguir invirtiendo, o porque tienes que ocupar tu tiempo en otros proyectos.
¿Cuándo pivotar y cuándo perseverar?
Si bien es cierto que no hay una fórmula que esclarezca si tu producto o servicio debe perseverar o pivotar, sí que es posible entrenarse para distinguir las señales que lo indiquen.

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Lo primero que tienes que preguntarte es: ¿qué problema estoy resolviendo y para quién? Si no hay una necesidad real, si los clientes potenciales no se sienten identificados con lo que ofreces, algo va mal porque tu producto no está funcionando. Ojo, porque quizás tienes que perseverar ya que el problema es que no estás llegando a las personas adecuadas. O puede que sí estés en el mercado correcto, pero tu producto no encaja.
El siguiente paso es analizar los datos. Si llevas meses intentando vender y tus métricas están estancadas pese a que has probado todo tipo de tácticas de marketing, canales y mensajes sin mejorar, probablemente haya un problema más de fondo.
Pero, si detectas que hay pequeñas señales de mejora, ya sea una tasa de clientes satisfechos más altas o una alta retención, tal vez solo has de perseverar y realizar los ajustes necesarios, ya que tu idea es viable.
Desde MASMOVIL NEGOCIOS esperamos haberte ayudado a la hora de comprender las diferencias entre pivotar y perseverar, además de saber en qué momento hay que abandonar una idea o proyecto y cuándo es mejor seguir siendo resiliente.