A día de hoy, si conoces las claves del bootstrapping podrás arrancar un negocio sin recursos. Aunque seguramente sabrás que el camino del emprendedor no es una autopista recta y tranquila. Y para resistir estos vaivenes en tu negocio, hace falta tener una mente antifragilidad.
Ya te hemos hablado de la resiliencia en el trabajo, esa capacidad para recuperarte de las adversidades. Pero la antifragilidad es un punto más complejo, es la fortaleza que caracteriza a cualquier emprendedor.
Mente antifrágil: ¿qué es?
La antifragilidad no es lo contrario de la fragilidad: lo antifrágil se fortalece con el estrés. La idea fue popularizada por Nassim Nicholas Taleb, en su libro homónimo, y es una herramienta imprescindible en el mundo del emprendimiento.

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Pensemos en un negocio que, ante una crisis, se adapta, mejora su propuesta y sale ganando. Eso es antifragilidad. No hablamos de resistir el golpe, sino de usar el golpe como impulso. En este sentido, el significado de antifragilidad está estrechamente ligado a la capacidad de sacar partido del caos, de aprender de lo imprevisible y de mejorar con la incertidumbre.
En el mundo de los negocios, una mentalidad antifrágil significa estar preparado para lo inesperado y tener sistemas que se nutren de los errores. Es, por ejemplo, cuando un emprendedor lanza un producto que no funciona, aprende de los comentarios, ajusta la oferta y vuelve al mercado con algo mucho más afinado.
La importancia de la resiliencia y la antifragilidad en un emprendedor
Durante años se ha hablado de la importancia de la resiliencia en los negocios. Y no es para menos. La resiliencia es la capacidad de recuperarse, de aguantar el tirón, de mantenerse en pie cuando todo tambalea.

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Sin embargo, no son conceptos sinónimos: mientras que la resiliencia resiste, la antifragilidad evoluciona.
Un emprendedor resiliente sobrevive a una crisis. Un emprendedor antifrágil sale de esa crisis con un modelo de negocio mejorado, con clientes más fieles, con una propuesta de valor más clara. Como verás, la diferencia es muy grande.
Como ejemplo de antifragilidad tenemos el apagón eléctrico que sufrió toda España el 28 de abril de 2025. Las tiendas de electrónica que se adaptaron rápido hicieron revisión de su inventario y sacaron todas las radios que tenían a la venta, junto con todo el stock de pilas. Otros negocios cerraron directamente, pero algunos se adaptaron a la situación y consiguieron aprovechar una necesidad. Y esto se aplica a negocios de hostelería que, aunque fuera con velas para iluminar, aumentaron ese día sus beneficios ante la falta de competencia.
Como habrás visto, la mente antifragilidad no es lo mismo que la resiliencia al emprender, aunque sean conceptos parecidos. Y si tienes una mentalidad que englobe estas ideas, conseguirás todos tus objetivos.
Desde MASMOVIL NEGOCIOS esperamos haberte ayudado a la hora de saber qué es una mentalidad antifrágil en los negocios y por qué es una filosofía que tendrías que aplicar en tu día a día.