Al emprender, y especialmente en las primeras fases del negocio, conseguir un cliente importante que ayude a impulsar tu crecimiento parece un gran paso. Y es tentador aferrarnos a esa gran fuente de ingresos, pero depender exclusivamente de un cliente único puede convertirse en una trampa. En este post te contamos por qué esta es una de las situaciones más delicadas a las que puedes enfrentarte como emprendedor.

¿Por qué es arriesgado tener un solo cliente?

El primer motivo, y el más evidente, es que pone tu negocio en una situación de gran vulnerabilidad. Piensa en ello como construir una casa sobre un solo pilar: si por cualquier razón ese pilar falla, toda la estructura se vendrá abajo.

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Cada vez más negocios dependen de una fuente de ingresos principal, pero un cliente único significa que tu flujo de caja, tus recursos y hasta tu planificación estratégica giran en torno a sus decisiones, necesidades y circunstancias. Esto te pone en una situación de desventaja. ¿Qué ocurre si ese cliente decide renegociar condiciones de manera desfavorable para ti o termina el contrato repentinamente?

En ese caso hay una clara reducción de tu poder negociador. Si tu cliente sabe que dependes en exclusiva de él, puede utilizar esta situación para presionar en términos económicos o en las condiciones del servicio. Vas a tener poco margen de maniobra y puede llevarte a aceptar condiciones que, en otras circunstancias, rechazarías inmediatamente.

También has de tener en cuenta que esta dependencia limita tu capacidad para innovar y crecer. Si todos tus esfuerzos y recursos se destinan exclusivamente a satisfacer a un único cliente, estás dejando pasar otras oportunidades que podrían permitirte expandir tu negocio en otras direcciones o mercados. En resumen, tener un solo cliente limita tu potencial y el alcance de tu emprendimiento.

Por último, la dependencia de un solo cliente puede llevarte a una peligrosa complacencia operativa. Te acostumbras a la rutina y poco a poco dejas de cuidar aspectos igualmente importantes. Esto puede ser perjudicial a largo plazo, especialmente si en algún momento necesitas competir en el mercado por otros clientes.

Riesgo cliente: cómo evitarlo

¿Cómo evitar caer en esta trampa tan habitual?

En primer lugar, haz de la diversificación una prioridad estratégica desde el inicio. Aunque estés cómodo con un cliente importante, siempre dedica parte de tus recursos y tiempo a buscar y captar nuevos clientes.

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Y es importante que realices una evaluación periódica de tu dependencia del cliente principal. ¿Representa más del 50 % de tus ingresos? Si es así, replantéate tu estrategia.

Por último, te recomendamos seguir estas estrategias para atraer nuevos clientes a tu negocio y no tardarás en ampliar tu cartera.

Desde MASMOVIL NEGOCIOS esperamos haberte ayudado a la hora de comprender la importancia de diversificar tu cartera y no apostar por un único cliente, por muy lucrativo que sea.

Y tú, ¿ya conocías los riesgos de tener un solo cliente?