Cuando se habla de emprendimiento y autoempleo, se tiende a confundir ambos conceptos. Es importante saber distinguirlos y, sobre todo, entender qué implica cada uno para tomar decisiones informadas. Descubre en este post las diferencias entre emprendimiento y autoempleo.
Diferencia entre emprendimiento y autoempleo
Muchas veces autoempleo y emprendimiento se toman como sinónimos, pero en la práctica hay diferencias claras entre ambos conceptos.

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Autoemplearse es crear una actividad económica que depende directamente de ti. Es decir, que tú eres quien presta el servicio o produce el producto, y si no trabajas, no ingresas. Un ejemplo típico es el de un periodista freelance, un electricista autónomo o un abogado que monta su propio despacho.
Por otro lado, emprender significa construir un sistema que puede funcionar incluso cuando tú no estás presente todo el tiempo. Implica montar un negocio con una estructura que, idealmente, puede escalar, delegar tareas y, con el tiempo, funcionar de forma más o menos independiente del fundador.
Por ejemplo, una persona que crea una tienda online con un equipo detrás, un sistema logístico y atención al cliente delegada está emprendiendo. Lo mismo ocurre con quien monta una empresa de reformas y contrata a varios empleados, o con quien lanza una app que genera ingresos pasivos.
Ventajas e inconvenientes de emprender
Emprender suena muy bien: flexibilidad, autonomía, la posibilidad de ganar más dinero, crear algo propio, no tener jefes… Pero la realidad es que también tiene su cara B.

Una de las mayores ventajas de emprender es el potencial de crecimiento. A diferencia del autoempleo, en el que tus ingresos están limitados por las horas que puedes trabajar, un negocio bien montado puede crecer sin que tú tengas que multiplicarte. Si delegas bien, formas equipo y automatizas procesos puedes generar más valor con menos intervención directa.
No son menos importantes la autonomía, flexibilidad y libertad (tienes control sobre tus decisiones, horarios y el rumbo del negocio), el potencial de ingresos ilimitado (a diferencia de un salario fijo, tus ganancias pueden crecer según el éxito del negocio) y la realización personal, ya que al trabajar en algo que te apasiona puedes ver directamente los frutos de tu esfuerzo.
Además, emprender tiene la ventaja del desarrollo profesional que va aparejado al personal, es decir, que te obliga a aprender de todo: finanzas, marketing, recursos humanos, operaciones…
Ahora bien, emprender también tiene desventajas importantes. Poner en marcha un proyecto requiere inversión inicial, tanto de dinero como de tiempo y energía, y es fácil que los ingresos tarden en llegar. El riesgo financiero está ahí: puedes perder tu inversión inicial o enfrentar deudas si el negocio no funciona.
Por otro lado, al principio probablemente trabajes más horas que en cualquier empleo convencional, con más incertidumbre y sin red de seguridad. Sin olvidar la inestabilidad económica, la responsabilidad total (todo dependerá de ti: desde las ventas hasta los impuestos y la atención al cliente), y la soledad o falta de apoyo. Y es que emprender puede ser un camino solitario, sin compañeros ni una estructura empresarial que te respalde.
Por último, en el caso de que emprendas acompañado, debes tener en cuenta que la gestión de personal no siempre es fácil. A muchos emprendedores primerizos les cuesta soltar el control y delegar, ya que pasar de hacerlo todo tú a confiar en un equipo es un reto.
Ventajas e inconvenientes del autoempleo
El autoempleo tiene ventajas claras, sobre todo para quienes valoran la independencia por encima del crecimiento empresarial. A las ventajas del emprendimiento se le suman otras: esta opción te permite elegir los proyectos que aceptas y trabajar desde donde quieras, además de que la relación con tus clientes es directa.
Por otro lado, los costos operativos iniciales del autoempleo suelen ser bajos: muchos autoempleos (freelance, oficios, consultoría) requieren poca inversión para comenzar. Además, es posible comenzar prácticamente de un día para otro: no necesitas montar una estructura compleja ni contratar a nadie; como mucho, será necesario que contactes con un gestor para arrancar ofreciendo tus servicios por cuenta propia en cuestión de días.

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Sin embargo, entre las desventajas encontramos la soledad, que puede ser abrumadora. En el autoempleo todo depende de ti, y es fácil agotarse.
Además, como ya hemos dicho, un autoempleado que no trabaja no cobra. Tampoco tiene vacaciones pagadas ni ingresos pasivos. El autoempleo puede convertirse fácilmente en una trampa si no se gestiona bien: terminas trabajando más horas que nunca, con más estrés y sin las ventajas de un trabajo fijo.
Por último, otra limitación es la escalabilidad: si algún día quieres crecer o tener más ingresos, tendrás que trabajar más horas o subir tus precios.
¿Es mejor autoemplearse o emprender?
Todo depende de lo que estés buscando. Si quieres libertad, trabajar a tu ritmo, sin jefes y sin complicarte demasiado, el autoempleo puede ser tu opción.
Si, en cambio, tienes ambición de construir algo más grande, de generar empleo, de impactar en más personas y estás dispuesto a asumir los riesgos que eso implica, entonces lo tuyo es el emprendimiento.
Desde MASMOVIL NEGOCIOS esperamos haberte ayudado a la hora de comprender la diferencia entre emprender y autoemplearse para que consideres qué opción te interesa más.