La organización de las tareas es básica en cualquier entorno laboral, y herramientas como la matriz de Eisenhower te ayudan a sacar lo mejor de ti a nivel de productividad. En este post te dejamos 3 ejemplos de uso real de la matriz de Eisenhower para que sepas exprimir lo que ofrece esta completa herramienta visual que te ayudará a organizarte y priorizar tareas pendientes.
¿Qué es la matriz de Eisenhower?
La matriz de Eisenhower se basa en una idea muy simple: no todas las tareas tienen el mismo peso. Algunas son urgentes, otras importantes, algunas ambas cosas y otras ninguna.

También te puede interesar: Qué es la regla 80/20 o el principio de Pareto
La clave está en clasificarlas correctamente para saber a qué dedicar tu energía y qué deberías posponer, delegar o incluso eliminar. Dividida en cuatro cuadrantes, esta matriz te ayuda a visualizar tus prioridades reales. En resumen, es una forma de poner orden mental antes de lanzarte al día.
Veamos a continuación 3 ejemplos de escenarios en los que esta herramienta puede suponer la diferencia entre productividad máxima o agotamiento.
Ejemplo de matriz de Eisenhower en el trabajo
Empecemos por lo más habitual: el entorno laboral. Cuando tienes el correo a rebosar, llamadas, informes pendientes y reuniones que se solapan, aplicar el método Eisenhower puede salvarte.
En el primer cuadrante, el de lo urgente e importante, entran tareas que requieren acción inmediata y que tienen consecuencias directas si no se hacen. Por ejemplo, enviar hoy un informe importante a un cliente, gestionar una crisis inesperada o acudir a una reunión que no puede aplazarse. Esto es lo que no puedes ni debes ignorar.
El segundo cuadrante agrupa lo importante pero no urgente. Aquí tienes las acciones que mueven tu carrera y tu empresa a largo plazo: planificar el próximo trimestre, seguir formándote o avanzar en proyectos estratégicos por ejemplo. Son las que más impacto tienen, pero que muchas veces pospones porque "no corre prisa".
En el tercer cuadrante está lo urgente pero no importante. Este es el territorio de las interrupciones: llamadas, correos sin mucho peso, tareas que podrían hacer otros. Si no vigilas, te roban el día sin darte cuenta.
Y en el cuarto cuadrante, lo ni urgente ni importante. Aquí caen cosas como revisar redes sociales sin objetivo, leer noticias irrelevantes o enzarzarte en charlas que no aportan nada. Es donde más tiempo perdemos si no lo controlamos.
Ejemplo de matriz de Eisenhower para iniciar una marca
Si estás en fase de crear tu propia marca, esta herramienta puede ayudarte mucho más de lo que imaginas.

También te puede interesar: Cómo optimizar la cadena de suministro: consejos y claves
En el primer cuadrante están las acciones legales y técnicas básicas: registrar tu marca, lanzar la web, diseñar y producir tus productos. Sin esto, tu marca no existe.
En el segundo cuadrante está el crecimiento sólido, donde definirás una estrategia de marketing a largo plazo, crear relaciones comerciales valiosas, mejorar tu oferta.
El tercero incluye lo que puedes delegar o externalizar: atención al cliente genérica, tareas contables o reuniones de networking que no siempre aportan. Hacerlo todo tú no te convierte en mejor emprendedor, solo te cansarás más y tendrás menos tiempo.
Y el cuarto es donde van esas horas que se te van afinando detalles mínimos, revisando una y otra vez cosas que no marcan la diferencia, o navegando por redes sin estrategia.
Ejemplo de matriz de Eisenhower para un proyecto empresarial
Los proyectos empresariales, especialmente los grandes o colaborativos, tienden a complicarse rápidamente. Aquí esta herramienta puede ayudarte a mantener la visión clara y priorizar lo que impulsa el proyecto.
En el cuadrante uno están las tareas críticas con plazo: resolver bloqueos urgentes, entregar avances clave, tomar decisiones... Si fallas aquí, el proyecto se estanca.
El segundo cuadrante es para pensar más allá del día a día: definir bien los objetivos, formar al equipo, investigar el mercado. Si no inviertes tiempo en esto, el proyecto puede no avanzar hacia ningún lado.
El tercer cuadrante incluye tareas que parecen urgentes, pero que no lo son: correos, llamadas, reuniones que podrían haber sido un mensaje….
Y en el cuarto están las distracciones puras: pulir detalles sin impacto, discusiones sin fin, perder el foco en tareas accesorias.
Desde MASMOVIL NEGOCIOS esperamos haberte ayudado a la hora de comprender bien cómo aprovechar esta herramienta visual con los ejemplos que te hemos dejado.