Para que una empresa salga adelante todos sus miembros deben trabajar de forma conjunta con una buena relación y coordinación entre ellos. De lo contrario, se producirá el efecto silo o la llamada "siloitis" que hoy abordaremos.

Esta mentalidad, la del silo, es uno de los mayores problemas que existe en la mayoría de las organizaciones. Es difícil de cuantificar, pero podría marcar la diferencia entre un servicio inferior o uno superior a la media.

¿Qué significa siloitis?

Según la Escuela de Organización Industrial (EOI), este concepto se entiende como "la incapacidad para trabajar eficientemente entre las áreas o unidades de negocio que se integran en las empresas".

La palabra silo hace referencia a unos grandes contenedores con forma cilíndrica que se utilizan en la agricultura para almacenaje, por ejemplo, del grano. Estos silos están totalmente sellados y separados entre sí, por lo que no hay ningún tipo de contacto entre ellos.

La referencia a los silos en un entorno empresarial

Las áreas de una empresa están formadas por sus trabajadores a quienes se los concibe como silos, debido a que hay un mínimo contacto entre ellos e intuyen qué sucede más allá de sus tareas (saludan a sus compañeros, les preguntan qué tal les ha ido el día, conocen en qué trabajan sus compañeros, etc.).

Cuando esta situación se produce en tu compañía, los problemas no se resuelven ni a bajos ni a medios niveles, ya que se tiene una visión demasiado vertical dentro de la misma y los departamentos no son capaces de solucionarlo. Esperan la solución desde lo alto del silo, lo que se denomina "corona", es decir, desde el jefe o el director.

Todo esto no hace sino aumentar los costes de la compañía tanto a nivel económico como de recursos por la necesidad de un control "extra" por la falta de confianza en los demás y una disminución de la productividad del conjunto.

Personas sentadas en su silla en la oficina

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Todo lo que sube, debe bajar

Suscribimos esta frase al 100%. Si a un jefe le llega una consulta y le dedica tiempo a solucionarla, esa respuesta después deberá recorrer todo el camino a la inversa hasta que llegue a su destinatario.

En la toma de decisiones, hay veces en la que menos, es más, y con una simple consulta a nuestro compañero de departamento podremos ponerle solución a un asunto que nos "traía por el camino de la amargura".

Una empresa con silos es lenta, no está optimizada y demuestra que esa compañía necesita mejorar su organización creando sinergias, fomentando el compañerismo y cooperando entre ellos.

Desde la perspectiva de un cliente, este puede ser derivado de un departamento a otro cuando intenta resolver un problema con un producto que compra o con un servicio que contrata. En ese instante, el cliente es víctima de la siloitis.

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Y tú, ¿acabarás con la siloitis en tu empresa?